La exposición Los Fauves. La pasión por el color, llega a la
capital de la mano de Fundación MAPFRE del 22 de octubre de 2016 hasta el 29 de
enero de 2017. La muestra cuenta con , aproximadamente, 150 obras que nos
revelan los entresijos de este corto pero indispensable movimiento artístico,
donde el color toma un papel protagonista .Una amplia panorámica del origen,
desarrollo y las corrientes sucesoras del fauvismo con piezas de artistas de la
talla de Henri Matisse, Charles Camoin, Jean Puy o Maurice de Vlaminck entre
otros muchos.
Las fieras, fue el término elegido por el crítico Louis
Vauxcelles para describir la intensidad del color que inundó el Salón de Otoño
de 1905. Un grupo de jóvenes artistas con inquietudes similares, pretendía
experimentar con los tonos, alejarse de las perspectivas clásicas y apostar por
una pincelada vigorosa. La exposición revelaba que la tradición y el
naturalismo ya no formaban parte de las aspiraciones artísticas de esta nueva
generación de pintores. Para muchos de los visitantes la muestra causó gran
impacto, llegando incluso a parecer ofensiva Según palabras del propio Matisse:
“El artista, abrumado por todas las técnicas del pasado y del presente, se
preguntó a sí mismo: ¿Qué quiero yo? Ésa fue la inquietud dominante del
fauvismo”
El grupo fauve estuvo
formado en un principio por Hernri Matisse, Henri Manguin, Albert
Marquet, Henri Rouault y Charles Camoin, para más adelante pasar a formar parte
de él: André Derain, Jean Puy y Maurice de Vlaminck. También Raoul Dufy, Émile
Friesz y Georges Braque procedentes de Le Havre. Compartían amistad y
admiración mutua por lo que en muchas ocasiones trabajaban juntos. La
influencia de fue clave en muchas de sus obras. Fruto de esta singular conexión
entre ellos son algunos de los retratos que podemos ver en esta exposición,
como el de Derain a Matisse o la figura de Vlaminck desde la perspectiva de
Derain.
Otro punto en común es la localización de sus obras. Todos
ellos retrataron París pero los paisajes mediterráneos, el sur de Francia,
Amberes, Londres o Normadía también se encuentran dentro de la temática
principal de sus trabajos. Como Big Ben de Derain, Restaurant de la Machine à
Bougival de Vlaminck o L’Estacade du
Casino Marie-Christine à Sainte-Adresse de Raoul Dufy.
Los retratos de su círculo cercano, concretamente de su
entorno familiar, donde la mujer tomaba protagonismo también eran muy comunes.
En la muestra que acoge la Fundación MAPFRE encontramos varios ejemplos de sus
mujeres, en algunas ocasiones durante su embarazo, utilizando vibrantes colores
acompañados de los efectos de la luz para dar vitalidad y frescura a sus
trabajos. Los tonos puros, energéticos acompañados de su particular pincelada
empoderaban más a la figura femenina.
Sin embargo esta no es la única faceta de la mujer que experimentan
los fauvistas. Muchos se ven a traídos por la nocturnidad y el exotismo que
ofrecían los cabaret de época. Con obras como Femme Nue Blonde de Kees van
Dongen la intimidad femenina queda plasmada con una imponente fuerza.
Además de los paisajes con la luz como protagonista, los
retratos, la costa, la mujer como inspiración y la marginalidad de los
personajes nocturnos, esta exposición también cuenta con una pequeña muestra de
piezas en cerámica trabajadas por los fauvistas.
“El candor de estos bustos sorprende en medio de la orgía de
tonos puros como un Donatello entre salvajes”. Sentenció de nuevo Vauxcelles
.La fuerza de sus obras no proviene únicamente de su particular empleo del
color, y es que para los fauvistas “el color se piensa, se reflexiona y luego
se pinta”.